Editorial: El agua, multiforme pero una sola
Gerardo Alatorre
El agua, en este número de Cauces, es lo que nos convoca. El primer número –dados los nombres que asigna a las distintas secciones– ya colocaba al precioso líquido en un lugar central. Ahora Cauces nos invita a dejarnos permear por un conjunto muy diverso de materiales acuáticos.
Abrimos este número con un homenaje a Noé Vázquez, artesano y artista, defensor de los ríos y ritualista, asesinado en Amatlán de los Reyes al estar preparando la ceremonia inaugural de un encuentro nacional de defensorxs de ríos: un homenaje a quienes dan la vida por cuidar lo que da vida a todos y a todas. Saltamos después a una noticia esperanzadora: el nacimiento de la Contraloría Nacional Autónoma del Agua que –si todo va bien– permitirá avanzar en la articulación de fuerzas desde los pueblos, las comunidades, los barrios, las organizaciones comunitarias.
La sección poética de los Cenotes de afectos inicia acercándonos al dolor de lo que vive el Pueblo palestino, para después adentrarnos en mares ignotos donde las brújulas fallan –o, si no fallan, resultan un estorbo al querer navegar en lo profundo del ser–. Imágenes acuáticas en remolinos en los que aparecen el maíz y quienes lo siembran a lo largo y ancho del país, así como un ritual onírico kaqchiquel. Mientras leemos, quizá sin darnos cuenta, nuestro estado de ánimo transita del estado gaseoso al líquido, cortesía de las imágenes que fluyen junto a los textos, y del delicioso diseño que Karo Carvajal confiere a la revista.
La sección de Manantiales reflexivos nos empapa de experiencias colaborativas en varias regiones de Guerrero y Chiapas en México y en la zona semiárida de Paraíba, Brasil, entremezclando reflexiones y acciones hídricas, agroecológicas y ecofeministas. Podemos ver, de cerca, cómo se arman las estrategias para construir transdisciplina en los hechos, cómo se tejen colaboraciones entre pueblos, comunidades, organizaciones de la sociedad civil y academia. Y así llegamos a Tormentas y bonanzas, un recorrido por la Huasteca Potosina para conocer los esfuerzos de comunidades originarias para terminar con las injusticias hídricas.
El número finaliza con Espejos de agua. Con ellos podemos asomarnos al libro “El agua en nuestras manos”, de Pedro Moctezuma Barragan, que nos ubica en la coyuntura actual de la política hídrica mexicana. La misma sección nos invita a conocer el cortometraje “Manejo Pluricultural del Agua en México”. El agua vista desde sus distintos ángulos. El agua líquida, gaseosa y sólida, multiforme pero una sola. El agua amenazada y defendida. El agua-bien común intentando recuperar su lugar vital frente a los embates del agua-recurso y del agua-mercancía. Por unos venerada; por otros codiciada, mercantilizada, bursatilizada.
Los textos de este número de Cauces, lector o lectora, te invitan a dejarte llevar por el oleaje, abrirte al vaivén entre lo tangible y lo etéreo, entre las prácticas y los sentires, entre lo político, lo metodológico, lo sensible o sensorial y lo espiritual. El agua ayuda a entender que no hay fronteras.