Cultivar el espíritu de los ancestros
José María Castro Rivera
Es de la tierra querida,
es de la tierra que brotan
los frutos de la vida,
lo que el trabajo nos da.Son los frutos del campo
que con esfuerzo sembramos
y cuando llega el tiempo
vamos y recolectamos.En cada grano sembrado
está el conocimiento sagrado,
el saber de un ancestro
que nuestro pueblo guardó.Luchamos por salvar el campo
del abandono total
para que las generaciones
no migren a otro lugar.Nuestros cultivos amados
se ahogan en la contaminación
pero nuestras esperanzas
buscan una solución.El sol, el agua y el aire
dan vida a la tierra,
si alguno faltara
moriríamos con ella.Es de la tierra querida,
es de la tierra que brotan
los frutos de la vida,
lo que el trabajo nos da.
Durante la noche del sábado 22 de octubre del 2022, segundo día del IV Encuentro Internacional de Investigación Acción Participativa, entre oscuridad y luces, entre voces y miradas, y entre calor de personas entorno a un espacio de convivencia libre y donde se encontraba una bocina y un micrófono, mis compañeros y yo compartimos fragmentos del arte que hacemos y que esa noche quisimos expresarla como regalo a la tierra que nos acogía, IARA.
Así, los sonidos de las cuerdas de una jarana y una voz emitiendo la lírica de la canción titulada Cultivar el espíritu de los ancestros se hacían presente en el momento para acompañar este espacio. Estos versos al ritmo de seis octavos y de una armonía sencilla giran en torno a la importancia de no contaminar la tierra y a la manera en cómo se cultivan los frutos, mostrando que los saberes de sembrar de nuestros antepasados, son un acervo que debemos conservar y difundir. Dicha pieza musical fue creada en el 2019 como parte del proyecto socio-cultural y territorial de conservación de técnicas de cultivo en la región veracruzana que comprenden las comunidades franco mexicanas de Jicaltepec, San Rafael y Nautla.
El haber compartido esta melodía con los demás compañeros que se encontraban en ese tiempo-espacio fue de gran sensación y satisfacción. Siempre he dicho que la música no debe ser para vanagloriarnos ni mucho menos debe ser un objeto de consumo, escuchar solo por escuchar, como actualmente este fenómeno se desarrolla a nivel global. Sino que el mensaje tanto musical como lírico deben transmitirnos sentipensares que nos hagan mejores actrices y actores en este escenario de la vida comunitaria.
Cantar y tocar en las tierras de IARA junto a mis amigos, maestros y compañeros fue la manera de decirles que su compañía me fue grata. Agradezco el compartir de ese momento con ellos, ya sea que nos conociéramos o no. Y siempre que se me permita llevar esta canción a donde fuera, con jarana y voz crearemos un cenote de afectos.